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Un buen titular puede más que cien ejércitos

Para todos aquellos que todavía se preguntan sobre el sentido de Social Media y sus formas de crear colaboración el ejemplo de Librería Documenta es de tal elocuencia que hasta los devotos de las estrategias digitales estamos sorprendidos. Casi tanto como Josep Cots, el entrañable y experto librero de la calle Cardenal Casañas

Josep Cots y su nuevo socio Eric del Arco
Josep Cots y su nuevo socio Eric del Arco

Escritura corporativa en acción

Para todos aquellos que todavía se preguntan sobre el sentido de  Social Media y sus formas de crear colaboración el ejemplo de Librería Documenta es de tal elocuencia que hasta los devotos de las estrategias digitales estamos sorprendidos. Casi tanto como Josep Cots, el entrañable y experto librero de la calle Cardenal Casañas. Él, como tantos comerciantes del centro, y ante la rescisión de su contrato se vio en la encrucijada de ser o no ser,  porque ser librero como Cots es una razón existencial, que no sólo va de abrir y cerrar las cuatro paredes de una tienda. Pero vamos, cuando hay incertidumbre las ideas vienen solas.

Socialmedia, Crowfounding y un socio joven le abrieron las puertas del cielo: Josep vio que ya no tenía edad para iniciar un nuevo emprendimiento, pero tampoco para cerrar por decreto su surtidor de oxígeno y alegría diarios. -“A nosotros nos echan porque se acaba el contrato de alquiler y yo tengo 65 años. Ahí aparece el problema: Si cerrar o continuar. Como me encuentro bien y me gusta lo que hago a mí me gustaría continuar. Entonces busco un socio joven que me da futuro, ideas nuevas, y lo ato con el dinero”.

  • Primero  un anuncio en la revista Time Out on line que el buen periodista Josep Fons, ganador del premio literario Documenta del 2013 publicó bajo el titulazo: Librería con historia busca librero joven. Ahí queda bien claro el valor de un buen titular, de una escritura corporativa como Dios manda.
  • Segundo, el texto tuvo sus resultados, y entre doce aspirantes se presentó una mañana  Eric del Arco, un ingeniero de treinta y nueve años y buenas ideas, que ejerce la profesión, tiene niños y estudia humanidades para no morir de tedio.

(Pero, como el amor no se hace de besos sino de hechos, según dice la mujer de Josep, para integrar la sociedad tuvo que  dar una prueba de amor de cuarenta mil euros, porque convengamos, estos no son tiempos de estar a merced de veleidades  juveniles, del sí lo quiero y luego me voy y una sociedad es cosa seria).

  • Tercero, Eric propuso solicitar aportaciones de micromecenazgo en Verkami, una plataforma de crowdfunding, que consiste en financiación directa con la suma de aportaciones individuales. Y como una cosa lleva a la otra se pasó a una obtención de dinero fresco a través de una aportación clásica por cantidades más importantes a través de cuentas de participación a partir de 250 euros.

El resultado fue apabullante y según explica Josep: “-He hecho dos tipos de micromecenazgo, el del Verkami, para aportaciones de pocos euros con una compensación, como una camiseta, un punto de libro…  Pusimos un chiste ¡que si había dos aportaciones de quinientos euros, les dábamos una cena dentro de la librería! ¡Pues, ahora hay que organizar la cena! Eso fue idea de Eric. Cerraremos la tienda para cenar con los libros y los autores.  Aparte,  yo pensé que necesitábamos otra fuente más oficial, que no fuera tan pequeña, para aquellos que quisieran colaborar con más cantidad mediante un contrato de cuentas de participación, y han venido más de cien personas… Estoy aturdido. Si por  Verkami han sido trescientas personas, por aquí más de cien. Nos propusimos alcanzar  cuarenta y un mil euros, y llegamos a los cincuenta mil. Fue una reacción violenta, explosiva.  Y nos sentimos obligados, porque en medio de una crisis tan dura que la gente se desprenda de su dinero por afecto, compromete”.

La última etapa necesitó de un refuerzo de dinero. Pues, a través de Youtube  y su multiplicación en Facebook, Twitter y blog lanzaron una nueva convocatoria, esta vez dirigida a los distraídos, a los que están siempre ocupados, a los que llegan tarde, a los que pierden la moto, a los que despiertan tarde para que se decidieran a  colaborar en el proyecto “ Por una nueva Documenta”. Quien tuvo que escuchar, escuchó. Objetivo cumplido.

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Gentrificar es hacer desaparecer

Es casi paradojal que poco tiempo antes del vencimiento de su contrato la librería Documenta se haya llevado la estatuilla al Mejor Comercio Cultural de Proximidad. Pero así son estos tiempos de gentrificación, cuando las grandes tiendas van invadiendo con furia los espacios de los pequeños comerciantes de toda la vida, impedidos con márgenes de ganancia limitados para afrontar los altísimos contratos de renovación de alquiler. En este paisaje urbano pensado para el turismo – me pregunto a cuál- Librería Documenta es un pequeño gran oasis en medio de las furibundas arenas que van arrasando con la fisonomía de un barrio cada día más ajeno y menos humano. ¿A quién le importa una pequeña librería pequeña, humanística, literaria, independiente y cercana?

Documenta, una librería de la ciudad
Documenta, una librería de la ciudad

Pues, a juzgar por el éxito del librero, a su nuevo socio, a sus cuatrocientos fans virtuales y de cuerpo presente y por último a la Barcelona que queremos quienes la queremos.  La única explicación que cabe, fuera del valor en sí de la emblemática Documenta, es que mucha gente se siente afectada y motivada por la desaparición de la trama histórica que se disuelve a marcha forzada, que hay más de uno que no quiere ver cómo prosperan las grandes cadenas, hoteles de lujo y establecimientos sólo de cara al turismo, y esto ha sido el motor que les impulsó a dar un paso adelante para que Documenta no cierre sus puertas.

“-Cuando comencé con la idea, pensé: ¡Estamos locos! Y de repente… a través de social media y de nuestros Facebook y Twitter esto comenzó a moverse. La prensa se ocupó del tema, interesó. Hemos hecho un blog www.novadocumenta.org donde hemos puesto toda la información que ha ido apareciendo. Seguimos trabajando, esto es lo bonito ¡Y con todos los amigos que tengo!… Ayer vino un señor que no conozco de nada, me dijo que era del barrio y que tenía mucho interés en ver a la librería continuar, y me dejo quinientos euros. ¡He quedado pasmado!”

Tal vez el dinero viene de modos más simbólicos, que del mero intercambio de producto y recompensa monetaria, como de ofrecer cosas que entusiasman,  de acercar ideas que ilusionen a la gente, de explicar una historia que impulse a la acción. Se atrevieron, con las herramientas online y ahora, con el respaldo económico hay que ir a por el local. Seguramente será en el Eixample, porque Documenta no ha sido concebida como librería de barrio sino para el disfrute lector de Barcelona.

Economías sociales con o sin redes sociales

Lo curioso de toda la experiencia es que unos años antes de 1974, cuando nació Documenta y con medios no virtuales, Josep y su socio Ramón Planas, flamantes licenciados en filología francesa,  pidieron dinero a amigos, familia y conocidos para hacer una librería.-» ¿Cómo crees que hacemos los libreros para comenzar una librería? Sólo que lo hicimos de boca a oreja, no teníamos Facebook…”  Por los setenta la librería era un hecho social, una manera de oponerse a los tiempos oscuros, por tanto, conseguir gente que daba dinero era una manera de resistencia. Cuarenta años después parece que también. Que la histórica librería siga de pie y vaya hacia su renacimiento, con un librero veterano y uno joven es una barrera al atropello. Las nuevas formas urbanas no siempre se salen con la suya, ya vemos que no.

 

Nora Pojomovsky Forné

Escritora Corporativa