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Cómo surgen los nombres de empresas míticas españolas.

Los escritores corporativos damos vueltas en torno a la creación de los nombres de empresa. Buscamos atributos de marca, beneficios que puede brindar, aquellas imagenes que son valoradas por los públicos, y en especial, queremos que el nombre impacte, se recuerde, y se lo pronuncie millones de veces. Pero los fundadores de las empresas parecen mucho menos preocupados por estas cuestiones de especialistas y a veces sólo surge el nombre a partir de jugar con letras como es el caso de Zara. No pudieron poner el nombre Zorba, y tanto dar vueltas a la palabra encontraron
que Zara ya iba bien. Mari Luz Peinado ha investigado los orígenes de un grupo de marcas célebres de España y estos son los resultados:
Por: Mari Luz Peinado | 02 de octubre de 2014

Así surgieron los nombres de empresas míticas españolas

Son palabras que aparecen tan a menudo en conversaciones cotidianas que nadie se plantea si esconden algún significado detrás de la marca. Pero ciertos nombres de grandes empresas españolas esconden una historia curiosa detrás: del homenaje a las mascotas a declaraciones de amor.

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Panrico

No, el nombre de la empresa no hace referencia, aunque lo parezca, a que el pan que venden esté rico. Se trata del acrónimo de Panificio Rivera Costafreda. Andrés Costafreda fundó Donut Corporation en 1962 y luego se asoció con la familia Rivera para crear Panrico.

Zara

Cuando Amancio Ortega acudió a registrar el nombre de su primera tienda, en 1975, descubrió que en A Coruña ya había otro comercio que se llamaba como él había elegido: Zorba. Así que se puso a jugar con las letras y así surgió Zara, el nombre que llevan más de 2.000 tiendas en todo el mundo.

Marco Aldany

A pesar de que tenga claras reminiscencias italianas, la marca de esta cadena de peluquerías se debe a la unión de los nombres de los tres hermanos fundadores, madrileños: Marcos, Alejandro y Daniel Fernández Luengo. «Pensábamos que si viene de fuera siempre va a sonar bien y lo italiano siempre se ha asociado al mundo de la moda», explicaba Alejandro Fernández en esta entrevista.

Joma

Una apuesta habitual del naming: juntar las primeras sílabas de dos palabras. En este caso, Fructuoso López decidió usó el nombre de su hijo – José Manuel López – para poner nombre a su compañía, en 1965. Ahora, José Manuel es el director general de la empresa.

Camper

La marca mallorquina nació en 1975 pero su fundador, Lorenzo Fluxà, era hijo y nieto de zapateros, así que quiso darle a su empresa un toque tradicional. Camper es la palabra que se utiliza en mallorquín para decir campesino y el primer modelo de la marca fue el Camaleón, inspirado en el calzado que usaban los campesinos de la zona.

Ceac

Aunque ahora es posible hacer cursos a distancia de decorador e interiorista, domótica o enología, en 1946, cuando nació CEAC, solo ofrecía un curso para aparejadores y de ahí tomó su nombre: Centro de Estudios de Aparejadores por Correspondencia.

Dia

¿Te has preguntado alguna vez por qué el logo de estas tiendas no lleva tilde? Pues porque no tiene que ver con la compra diaria ni con este periodo de tiempo. Es el acrónimo de Distribuidora Internacional de Alimentación.

Alsa

El origen de esta empresa está en Asturias, concretamente en la localidad de Luarca. Es el acrónimo de Automóviles Luarca, S.A., una sociedad que se creó en 1923, heredera de La Ferrocarrilana, la primera compañía de diligencias que en el siglo XIX cubrió el trayecto Luarca-Oviedo en 15 horas.

Bimba y Lola

El nombre de esta marca de moda española ha llegado hasta a los tribunales. Bimba Bosé -que nada tiene que ver con la firma, aunque mucha gente lo piense- denunció a las fundadoras, María y Uxía Domínguez, porque ella tiene registrada la marca Bimba y consideraba que el público podía confundirse. Las hermanas propietarias de la cadena de tiendas de ropa, que son sobrinas de Adolfo Domínguez, argumentaron que Bimba y Lola eran los nombres de sus dos perros. De hecho, el logo de la marca es la silueta de un galgo. Finalmente, el Tribunal Supremo dio la razón a las demandadas el pasado verano y consideró que las dos marcas eran compatibles en el mercado al no ser competencia.

Eroski

El nombre de la cadena de supermercados es la unión de dos palabras del euskera: erosi (compar) y toki (lugar). Aproximadamente, la traducción sería lugar donde comprar.

Famosa

Fábricas Agrupadas de Muñecas de Onil, S.A. Onil es uno de los pueblos que forman parte del Valle del Juguete en Alicante (con Ibi y Castalla). En 1957, 25 fábricas se unieron para crear la empresa.

Chiruca

Esas botas duras y robustas que quizás compraste en Decathlon pensando que cumplirías uno de los propósitos de años nuevo y nunca usaste esconden una historia mucho menos ruda. Chiruca era el diminutivo cariñoso de la señora Mercedes, la esposa gallega de su creador, el ingeniero textil Lluís Fontfreda i Castanyer.

Kas

Los hermanos Knörr, descendientes de un alemán asentado en Vitoria, eran los propietarios de la fábrica de gaseosa El As. Allí se creó en los años 50 el refresco resultante de mezclar la gaseosa con el zumo de naranja, antes de que Fanta llegar a a España. Años después, decidieron añadirle la K del apellido familiar al nombre de la nueva bebida, formando KAS.

Hay marcas españolas que nacieron de una manera mucho más prosaica y donde los creadores se limitaron a ponerle su nombre o su apellido. Es el ejemplo de la cadena de tiendas de ropa Blanco, fundada por el cántabro Bernardo Blanco Solana. O de los restaurantes de sandwiches Rodilla, cuyo creador se llamaba Antonio Rodilla. La zapatillas Victoria deben su nombre a un acto de amor. Gregorio, su creador, quiso dedicárselas a su esposa. La pareja solo llevaba un año casada y vivían en un pueblo de La Rioja. Era 1915, hace casi un siglo.

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El social media bien entendido

Sinapsis neuronal
Sinapsis neuronal

Es difícil vencer la creencia que hace suponer a los usuarios de social media  que de verdad los están usando a su favor. La mancha de aceite con la frase “si no estás en las redes no existes” se hace cada vez más grande, pero la existencia no es de por sí condición suficiente si nuestra intención es ir más allá de la conversación. Porque en negocios los amores platónicos ayudan pero no tanto.

Monologar no es conversar, y los Me gusta son apenas el primer guiño que hacen bien feliz al ego pero la idea es dialogar y construir una relación, como siempre lo han hecho las marcas, solo que ahora la inspiración se construye entre todos.

En social media las marcas nos vinculan. Participamos de ellas, y ellas también se alimentan de nuestras historias y experiencias. Ese dialogo crea el mundo de la marca donde por cierto y desde siempre es marca porque alguien le cree, porque enamora, porque tiene fieles, seguidores y gente dispuesta  a hablar de ella y a defenderla si hiciera falta.

En los medios sociales digitales allí están las marcas, digo, las marcas y sus cocreadores. Las marcas y sus experienciadores. No hace falta que hables de productos, esto lo dejamos para la tienda, con sólo transmitir su propia esencia y su estilo de estar en el mundo, sus valores, su cultura, su historia, sus leyendas, sus mitos basta y sobra para alimentarla fantasía de quienes ya la quieren de antemano. Se trata de existir, no de vender. Se trata de sorprender. El día que lo logres, ni lo dudes, se producirá el hechizo. Si lo sabremos los escritores corporativos  Alguien querrá de ella algo más, desvirtualizarla, hacerla corpórea, sentir cómo respira, tenerla entre sus cosas, hacerla parte de su vida.

Este será el momento de la acción. Una acción que comienza en el dialogo, como principio organizador de la existencia, donde la interconexión es la moneda de cambio.  Así se puede producir la sincronicidad, una conexión no causal producto de la acción donde dos eventos coinciden y de ellos surge algo más que lo probable y esperado.  Sólo hay que estar alerta. Y mientras tanto sin voluntad, sino con esa voz que sale desde nuestra buena disposición , que no es otra cosa que la traducción de aquello que de verdad nos apasiona es cuando logramos la maravilla de pensar y sentir colectivamente. Y es entonces cuando aparecen los followers, los compartidos, los enlaces, los pines, los retweets, el engagement, que antes se llamaba el compromiso y finalmente, la compra.