«Yo no soy responsable de que me atraigan simultáneamente el campo y la ciudad, la tradición y el futuro; de que me encante el arte nuevo y me extasíe el antiguo; de que me vuelva loco la retórica hecha, y me torne más loco el capricho de volver a hacérmela -nueva- para mi uso personal e intransferible»
Gerardo Diego
Autor: nora
Biógrafa corporativa
- Hacer un libro de empresa implica trabajar junto al editor en la recolección de datos por ello debes elegir una persona que sepa escucharte y con quien conectes espontáneamente.
- La escritura corporativa tiene como punto de partida el marketing, la estrategia de negocios, la comunicación. Su objetivo es alumbrar los hechos, los aprendizajes y los sueños de cada empresa. No es una obra literaria, sino el testimonio de los protagonistas del hacer de dos o varias generaciones. El escritor corporativo debe saber mirar lo que se ve y aquellos aspectos funcionales que están detrás de la apariencia. Esto se logra cuando hay una metodología y una experiencia por detrás, como refiere el crítico Pevsner, «uno ve lo que sabe».
- Los textos y el diseño son vitales porque ellos serán los canales para sellar el vínculo con los clientes. El libro corporativo es mucho más que el lucimiento de un buen escritor, la verdadera estrella es la empresa.
- El proyecto gráfico y la concepción estética deben interpretar fielmente el propósito del libro. Para ello, los recursos deben ser primero eficientes y elocuentes, luego bellos.
- La justificación del proyecto, previa a la realización del libro, exige conceptos claros y ciertos sobre los aspectos a desarrollar. Sobre ellos es importante estar de acuerdo antes de rodar. La concepción de imagen y texto, bastan un par de folios, te permitirá observar la pericia en vuelo de quien tenga la responsabilidad de pilotar el libro de tu empresa.
- Un cronograma de actividades y el detalle de cada paso te dará claridad sobre el proceso completo y te permitirá planificar con tiempo tu agenda, así como la de las personas que intervengan.
- Piensa que este libro no es para ti, sino para tus clientes. Por lo tanto, ponte en su lugar y piensa desde allí.
- Recuerda que al hacer el libro de tu empresa sellas un pacto de proximidad con tus clientes, amigos y proveedores.
Las empresas con historia me motivan a escribir. Cada entrevista me va guiando a épocas de un país que viví intensamente desde la literatura, y que lo voy reconociendo a través de los relatos individuales.
Las experiencias de las empresas me acercan a pequeños escenarios donde los hechos del entorno se explican con generosidad. Con qué claridad entramos en el clima cotidiano de la guerra, el estraperlo y las migraciones a través del relato de los vecinos del restaurante Can Ramonet de la Barceloneta, hoy prósperos empresarios que entonces trabajaban en puestos del mercado. O cómo se construyó la vida en Castelldefels, una vez que la autovía la maridó a Barcelona, hace treinta y tres largos años.
Por cierto, la historia de Restaurante La Canasta, de Castelldefels, es la historia de esta autovía que permitió que llegaran en los setenta las rulots con turistas europeos, y en los ochenta estallara el proyecto urbano y de asentamiento de la ciudad. Un cliente de la Canasta dice que antes de la autovía se podía poner la toalla en cualquier lugar de la playa sin sentir más presencia que la de la brisa.
En otros casos, como en el de la Masía Els Segarrulls, donde el paisaje de vides tupidas se supone adornaron con color y sabor la montaña de Olérdola desde tiempos de los primeros pobladores, los íberos.
Cada libro abre un espacio de intimidad donde no sólo renace la empresa a partir de sus relatos de vida, sino de esos lugares que las vieron desde el inicio, sellando así un pacto con los la gente del lugar, con los clientes de toda la vida, y con aquellos potenciales a los cuales se les abre la marca de una manera intimista, simple, y sin máscaras.
Cuando envié el archivo de las entrevistas al diseñador quise poner en el asunto el titular frágil o aquí va una vida. (Cuidar, no juzgar, respetar, no espiar, recibir, acondicionar).
Es la primera vez que haré un libro biográfico. Sorprende la relación íntima que se va anudando entre desconocidos, entre quienes no hay más expectativas que ser fieles a los recuerdos y a las palabras justas.
La autobiografía no es la vida vivida, nos subiremos al texto escrito y desde allí viviremos otra vida. Quien desea hacer su biografía siente la urgencia de explicarse en forma de diario, autorretrato, a modo de carta, memorias, hacia atrás, desde el presente; quien quiere autobiografiarse quiere que se comprenda lo incomprensible, las razones que impulsan a elegir ¿elegir? unas u otras acciones. Una biografía tiene la duración de la vida, y también la longitud de la memoria, el ejercicio requiere saber preguntarse y ser sincero a la hora de responder.
La biografía supone un viaje a generaciones anteriores, aunque se comience a escribir desde el momento de nacer. Allí es cuando nos damos cuenta del escaso margen de libre albedrío que juega a nuestro favor. A veces me pregunto si venimos a explicar, o a saldar, o a pagar. Los acontecimientos no son esenciales, sino el pretexto donde encaja la forma milagrosa de estar vivo. Esto es la biografía, una alumbradora de nuestra propia vida.
Cuando entrevistaba para Nunca olvides esto un directivo me dijo que aprendía de sus errores y de interrogar mil veces a las cosas. Entonces, de vez en cuando algo se aclaraba. Y me explicó lo siguiente:»
-Era vecino mío, un señor que era minero, un personaje increíble. Se llamaba Severiano. A veces, los técnicos se reunían y decidían atacar un tajo para sacar el carbón y decían:-» Vamos a sacarlo por aquí».
Severiano decía:- «Yo creo que por ahí no va la veta del carbón, va por ahí» y luego los ingenieros, con cierta desconfianza, iban por donde Severiano había indicado y lo encontraban. Sorprendidos una vez le preguntaron:
– «Severiano, cómo es que tu sabes por donde va el carbón» y él respondió: «Mirando mucho p’a ello».
Las conclusiones de este libro se hicieron mirando mucho p’a ello buscando la veta que conducía a responder una pregunta que quiero trasladarles: ¿ Qué hace grande a una persona, en este caso, qué hace grande a un directivo?
Los invito a que miremos juntos…
Cada empresa tiene su propia musicalidad
Cada empresa tiene su propia musicalidad. Como nuestra casa. Los sonidos expresan culturas y formas de hacer. Un escritor corporativo sabe reconocer esas notas y es capaz de ejecutarlas para conmover.
Cuando escribo para una empresa atravieso un puente instantáneo entre su obra y la gente.Me conecto con lo que soy y lo que quiero ser. Es cuando siento el envión fuerte de la vida y el sueño. Desde ese lugar desvelo con naturalidad sensaciones y emociones que me vinculan con la energía viva de las organizaciones y su necesidad de darse a conocer.
El concierto comienza a sonar. Cambia de dueño. Ahora está del lado del público.
Cada nota está predestinada a mover algo de su lugar: a aquellos que se mantienen al margen, los que aplauden a rabiar, los promotores, los que sueñan estar en el primer palco pero nunca podrán, los espectadores, los defensores a muerte.
Cuando la música se afina está a la altura exacta de lo esperado. Coincide con el color de los deseos y viene el impulso de bailar. La danza es acción y éste es mi objetivo. ¡Movilizar!
El texto corporativo hace latir los productos y evidencia las empresas. Deja huellas en el asfalto y en la memoria.
Es una música que debe seguir flotando en el aire.
Cuando me reuní con Magda, la propietaria del restaurante Can Ramonet para analizar el proyecto del libro corporativo, no imaginaba que iba a encontrarme con una historia tan rica.
Suponía que una antigua taberna tenía lo suyo, de ahí la idea de hacer un libro, pero a medida que comenzaron las entrevistas con la familia, con los vecinos, y la investigación en los archivos históricos descubrí que la historia me iba empujando.
Nos comenzó a asaltar la pregunta de porqué este lugar fue siempre bodega y llegamos a la conclusión que aquí hay un genius loci, como se llama en arquitectura a aquellos lugares que tienen el espiritu de permanecer, siempre fieles a si mismos. Será el duende del vino escondido en los viejos toneles que se inspira con el aroma? O tal vez le impulsó a perpetuarse hasta la eternidad la inmensa alegría de los pocos vecinos que vivían en la Barceloneta de 1763 cuando vieron abrir las puertas de la taberna?