El Ingenio es la tienda de la felicidad. En la estrechez de la calle Rauric, lleva 175 años produciendo objetos que encierran felicidad. Esta sí que es una empresa centenaria y más. El Ingenio no se parece a ninguna tienda más que a sí misma. ¿O acaso es frecuente encontrarse con un cabezudo, a pocos metros de la puerta principal? A dos pasos, las letras gimnásticas de Joan Brossa dan fe que la tienda hace honor a su nombre. Y estos son apenas los primeros gestos de una magia que no acaba de descifrarse en el ínfimo tiempo de una compra.
Juegos y elementos de diversión de madera y metal antiguos, disfraces, cajas de música, ninots, malabares, máquinas de humo, singulares instrumentos musicales. Es una tienda de lo insólito, donde cada objeto remite a una fiesta, a una noche de teatro o una celebración. Aunque de por si El Ingenio es un espectáculo en si mismo. Así debe comenzar su biografía de empresa, sin duda alguna.